La presentadora y modelo inglesa Peaches Geldolf, quien fue encontrada muerta el pasado 7 de abril, se tomó una foto con su pequeña hija. En ella habría aparecido la mano de una mujer que se suicidó.
La modelo y presentadora británica Peaches Geldof, quien fue encontrada muerta por la policía de Kent el pasado 7 de abril en su casa (su pequeño hijo, de 11 meses, estaba jugando al lado del cadáver), se acostumbró a la fama desde pequeña. Su padre era nada menos que el músico Bob Geldof, ex vocalista de la banda The Boomtown Rats quien se hizo mundialmente famoso por interpretar el papel de Pink, una estrella de rock que tenía profundos problemas existenciales en la película “Pink Floyd The Wall”, y por organizar el famoso concierto Live Aid en 1985 para combatir la hambruna en Africa (en 2008 impulsó el concierto Live 8 con el mismo propósito).
Peaches, quien tenía 25 años al momento de su muerte e inició su carrera en el mundo del modelaje y del periodismo a los 15 años, tres meses antes de su muerte, en diciembre del 2013, había publicado una fotografía tomada por ella misma o “selfie” en Instagram que provocó bastante revuelo y que se ganó varios titulares en la prensa británica. En la foto aparecía junto a su pequeña hija en el baño de su casa, pero en la imagen también se podía apreciar claramente una misteriosa y huesuda mano que aparece tocando el hombro de Peaches Geldof, quien comentó lo siguiente cuando subió la foto a la red: “Este es un detalle de la fotografía en la que se ve una misteriosa mano fantasma en una foto que hice de Astala y mía en el baño. No es mi mano, ya que con una cogía su cintura y con la otra hacía la foto. Además, el ángulo de la mano sería muy extraño si fuera la mía”.
La fallecida modelo, que creía firmemente en los fenómenos paranormales, intentando investigar posteriormente por qué había aparecido la misteriosa extremidad en la foto, descubrió que en su histórica propiedad de Kent había tenido lugar una tragedia casi cien años antes de que ella ocupara la vivienda junto a su marido y sus dos hijos. Según averiguó, la casa había sido construida por un acaudalado hombre alrededor de 1920, el mismo año en que su esposa quedó embarazada, pero el bebé nació muerto. Presumiblemente, a causa del profundo dolor que este fallecimiento provocó en la madre del niño, esta se suicidó ahogándose en la bañera.
No fueron pocos, entonces, los que especularon, a partir de la misteriosa foto, que la misma muerte de Peaches Geldof, deceso que fue calificado por los peritos forenses como un “suceso súbito e inexplicable”, podría relacionarse quizás con el supuesto espectro de la mujer suicida que, cual alma en pena, todavía deambularía en las dependencias de la casa.
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